viernes, 19 de agosto de 2011


Aviso científico de un posible ataque preventivo de los extraterrestres contra la Tierra

Alfredo R. Mendizabal.- No es un desvarío calenturiento producto del clima veraniego, sino todo un estudio científico avalado por la NASA y la Universidad de Pensilvania. Aunque se ha publicado en un mes de agosto proclive históricamente a avistamientos de ovnis y monstruos del lago Ness, tiene todas las bendiciones académicas. Lo firman tres científicos norteamericanos, que advierten con toda seriedad: cuidado con dar demasiados datos así como así, que los extraterrestres pueden resultar hostiles. Y aunque no lo sean, podrían sentirse amenazados y lanzar un ataque preventivo para impedir que los terrícolas les hagan daño. Estas y otras conclusiones que llaman a la prudencia en la búsqueda de vida mas allá de la Tierra son fruto del análisis de los escenarios posibles en torno a un hipotético pero sensacional 'encuentro en la tercera fase'.
Tan sensacional que pese a considerar que las posibilidades son 'pocas', un contacto con cualquier tipo de vida extaterrestre 'sería uno de los acontecimientos más importantes de la historia de la Humanidad'. Es lo que escriben en la primera página de su estudio Seth D. Baum y Jacob D. Haqq-Misra y Shawn D. Domagal-Goldman. Los dos primeros son investigadores de la Pennsylvania State University y el tercero está adscrito a la División de Ciencia Planetaria de la NASA. El trabajo científico, que se circunscribe a barajar todas las opciones posibles y deja para más adelante la cuantificación de probabilidades, lleva un título sugerente: '¿Beneficiaría o perjudicaría a la Humanidad el contacto con extraterrestres?'.
No hay una respuesta única. Al margen de discusiones filosóficas y literarias, el interés de la ciencia moderna por las señales de vida exterior tiene como primer punto de referencia la detección por Marconi de unas ondas que aparentemente venían de Marte. Pero oficialmente hace ya medio siglo que se enviaron al espacio mensajes matemáticos y ondas de radio para intentar el contacto, para ver si alguien reaccionaba al '¿hay alguien ahí?' enviado desde la Tierra. Luego, en una fecha tan simbólica como el 12 de octubre de 1992, a los cinco siglos de la llegada de Cristóbal Colón a América, Estados Unidos inició un proyecto más ambicioso y estructurado: el SETI (sigla en inglés de Búsqueda de Inteligencia Extraterreste). Iba a ser un programa de diez años, pero el Congreso lo anuló repentinamente en 1993, apenas recién empezado. Fue víctima del furor por recortes presupuestarios, como suele suceder siempre, antes y ahora.
La iniciativa privada recogió el guante y ha mantenido vivo el programa SETI todos estos años, y en 2004 se inauguró al norte de San Francisco un espectacular conjunto de telescopios que lleva el nombre de su mecenas, Paul Allen, fundador de Microsoft con Bill Gates. El pasado mes de abril apagó sus antenas por falta de presupuesto, pero una campaña de donaciones privadas, con el empuje entusiasta de la actriz Jodie Foster, lo ha puesto de nuevo en marcha. En el organigrama de la NASA todavía figura un departamento de Astrobiología y Vida en el Universo, que mantiene contactos con el Instituto SETI. El Telescopio Allen todavía no ha recibido ninguna señal reconocible, pero por si acaso, el estudio de la Universidad de Pensilvania contiene indicaciones muy oportunas. Para estar preparados.
La primera conclusión es que los hipotéticos extraterrestres probablemente no estén muy inclinados a destruir la Tierra ni a sus habitantes. ¿Por qué? Simplemente, por razones físicas: como es inviable una expansión exponencial galáctica, es difícil que tuvieran recursos para ir por ahí de matones. Otra cosa es que tengan en su esencia una ética destructiva. Una tercera posibilidad: que hagan daño sin querer, por medio de especies, bacterias, virus y bichos malignos que llegaran con los presuntos extraterrestres.
Segunda conclusión: es posible que ya hayan dado señales de vida y que aquí no se haya entendido su mensaje o no haya capacidad para detectarlo. Por eso es muy importante, según el estudio, tener cuidado con el contenido de los mensajes que se envían. Por ejemplo, ya se han cometido errores, al dar pistas sobre la condición biológica de los seres humanos. Ello puede llevar a un extraterrestre hostil a planificar su ataque: 'Un observador malévolo desde el espacio exterior puede usar un mensaje sobre la biología humana para diseñar una potente arma biológica y usarla contra la Tierra'.
Otra recomendación en este sentido es que la Humanidad no debe dar la impresión de que es una civilización que se está expansionando con mucha rapidez. Ese mismo observador malévolo, o incluso aunque sea buena gente, puede percibir peligro para su propia seguridad. En esas circunstancias, los extraterrestres 'pueden verse tentados a lanzar un ataque preventivo para evitar que nos convirtamos en una amenaza para ellos o para otros en la galaxia'. Incluso la observación desde fuera de las 'tendencias destructivas' como la contaminación y los gases de efecto invernadero podría desencadenar una reacción terrible: 'barrer a la Humanidad para preservar la Tierra globalmente como sistema'.
Tercera conclusión: como no hay información empírica alguna sobre vida inteligente extraterrestre y ni siquiera se sabe si existe tal cosa, es también posible que un presunto contacto no tenga nada que ver con lo que se ha imaginado hasta ahora. Es decir, que el impacto que puede causar en la Tierra y el género humano podría ser tanto neutro como beneficioso o como dañino. Por eso hay que estar preparados y evitar cualquier 'malentendido' que irrite a esa Inteligencia Extraterrestre.

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